“La vida en el campo era una lucha constante entre el hambre y la voluntad de sobrevivir.”
Cuando uno piensa en Corea del norte, se imagina un país hermético, cargado de propaganda política, misterio y miedo. Pero pocas veces podemos ver este mundo desde adentro, y aun mejor, a través de los ojos de un niño que vivió el abuso y vivió cosas desgarradoras en carne propia. Los acuarios de Pyongyang, es una novela escrita por Kang Chol-hwan, donde no solo se nos relata una autobiografía muy conmovedora, sino un relato que es necesario para entender la vida dentro de los campos de concentración norcoreanos.
El libro nos relata que Kang tenia solo 9 años cuando fue llevado a un campo de concentración junto a su familia, donde se nos presenta un infierno sobre la tierra, al que se le conoce como Yodok. La familia es enviada por una supuesta acusación de traición. Lo que el libro nos presenta es una cruel crónica de hambruna, castigos inhumanos, y como esta familia tuvo la fortaleza para poder sobrevivir. El autor nos muestra como aun en medio del infierno, el ser humano es capaz de encontrar un mecanismo de supervivencia, una resistencia que le permite relatarnos esta conmovedora historia.
Uno de los momentos que mas me impacto en el libro, es la transición que tiene el personaje marcado con su vida previa, rodeado de lujos, y un gran estatus familiar, y después una brutalidad absoluta en el campo de concentración. En un momento, un joven Kang nos cuenta como cuida de un acuario de peces y como ese recuerdo de una infancia feliz lo mantiene aún en aquellos momentos en que las cosas se ponían más difíciles. El titulo podría ser una metáfora a su infancia robada y de un estado que mantiene a sus ciudadanos encerrados en un enorme acuario, sin saber que existe todo un océano más allá.
Lo que hace este libro tan poderoso, no solo es la denuncia política, sino la intimidad en la que se describen las vivencias y la crueldad que puede tener el ser humano. El autor es honesto y no se presenta como un héroe, sino como un superviviente, donde tuvo que hacer todo para poder vivir, es la poderosa vos de alguien que vivió lo indecible y lo cuenta, alzando su voz con mucho valor.
En tiempos donde la empatía escasea y la dictadura se disfrazan, relatos como estos son mas que necesarios. Nos recuerda que la libertad no es solo un derecho fundamental para los seres humanos, y que la memoria puede ser un acto de resistencia. Este libro puede ser un llamado, para ver aquellas noticias que en ocasiones dejamos pasar, mostrándonos que el dolor ajeno es real. Te recomiendo este libro, qué te hará reflexionar y entender la vida que otros deben pasar. Si quieres leer un libro que te hable de resistencia, el valor de la dignidad y la capacidad humana para resistir, este es el indicado.